Te quiero tanto
como a un amanecer a medio hacer
y ese beso a medio dar.

Te quiero tanto
como a un amanecer a medio hacer
y ese beso a medio dar.
Se echan de menos
esas tardes filosóficas
cargadas de risas y cervezas
o los abrazos envueltos en auras misteriosas.
Se echan de menos
las siestas entre tus piernas
los enredos de tus dedos en mi pelo
o los besos fugaces antes de partir en tren.
Se echan de menos
los viajes inesperados
los atardeceres en el mar
o los amaneceres entre edificios de Gran Vía.
Se echa de menos
“echar de menos”
Deva
Te observo desde la esquina del sofá,
siendo una simple silueta
a la luz del ventanal.
Recostada en tu habitual mala postura
entre dos sillas carcomidas por el tiempo,
con tu viejo libro de hojas amarillas
aquel,
que compramos en un mercadillo
perdido del bullicio de la gran ciudad.
Y así pasan las tardes de verano
tú,
en tu mundo de fantasía
y yo
creando el mío a tu lado.
Deva
Paseos perdidos
en algún tintero olvidado.
Caminos difusos
que al final,
se convierten en sombras
y recuerdos.
Deva.
Se nos han quedado los besos ahí,
en la línea entre lo prohibido y lo legal
sin llegar a rozar
las comisuras de tus labios.
Deva
¿Cuántas veces
nos paramos a escuchar el silencio
sin percatarnos
que siempre
está a nuestro lado?
Deva
Por los que nos faltan.
Por los que se quedaron sin terminar.
Por los que vendrán.
Por los que hicieron una historia.
Por todos ellos.
Besos.
Deva
Volveremos a abrazarnos
en atardeceres eternos,
a compartir risas
entre cervezas por Montera
y a besarnos mientras amanece
y corremos por una Gran Vía
que despierta a un nuevo bullicio.
Volveremos.
…
Deva
Hay universos
que se expanden en nuestras mentes
hasta crear
nuestro propio mundo.
Deva.
Hay instantes que quedan captados en las retinas
por toda la eternidad.
Deva