Me asomo y no te veo,
te busco a través de esa ventana
de enredadera y piedra
plagada de historias muertas.
Te busco y no te encuentro
y te asomas en la lejanía
tras una muralla infinita.
Alzo mi mano
que no vislumbro
y me la arrancan de cuajo
de tu lado,
de tus entrañas,
de tus besos
y no me acostumbro
…
No me acostumbro
a no quererte
a un abrazo sin cariño
o a un beso sin sentido
.
.
.
Y
NO
ME
ACOSTUMBRO.
