Onomatopeyas salvajes

Me gusta el picante de una guindilla,

junto al dulce de un buen flan de huevo casero.

Me gusta el frío de una noche zamorana, junto a un abrazo inesperado.

Me gusta una cerveza,

junto a unos labios desesperado de más.

Me gusta el próximo bocado de un buen solomillo,

junto tu carcajada ingenua.

Me gustan tu contrarios a los míos,

hasta crear las onomatopeyas más salvajes.

Deva